domingo, 6 de julio de 2014

Circulen, circulen, que aquí no pasa nada

Estimados ciudadanos gobernados por nosotros,

Circulan rumores infundados de que está llegando una súper crisis económica que dejará pequeña a la de 2007, pero han de saber que esos rumores son inventados por mentes perversas desestabilizadoras, como pueden comprobar viendo en sus televisores que el mundial de Brasil continúa su marcha dentro de la más absoluta normalidad.

Las bolsas nunca han estado más altas y el interés del bono español a diez años no había estado tan bajo desde 1789. España nunca había tenido tantos millonarios, y, podríamos afirmar sin reparo, que atamos a los perros con longanizas

También, estos elementos desinformadores y manipuladores hacen circular extrañas afirmaciones de una falta de "democracia real" y libertad en España, cuando sin ir más lejos, la población disidente no sólo no ha sido reprimida como en otros países autoritarios como, digamos, Rusia, sino que se les ha permitido poder votar con perfecta normalidad democrática a un partido "salido de la nada" como Podemos.

Es más, otro ejemplo de la perfecta salud de nuestra democracia, y que es apreciada por la inmensa mayoría de los españoles, es la perfecta normalidad de la transición democrática de la sucesión de nuestra jefatura de estado. Los miles de ciudadanos que llenaron las calles de nuestra capital para celebrar democráticamente la llegada al trono de nuestro nuevo rey y señor, Felipe VI, así lo atestiguan.

También hay rumores infundados sobre que una parte de la población lo está pasando mal porque no tiene con qué alimentar a sus hijos. Ésa es una de las más perversas calumnias que han lanzado para desestabilizar nuestro modelo de beneficiencia y solidaridad social, ejemplificado en programas de nuestra televisión pública en la que los pocos ciudadanos menos favorecidos son apoyados por esa mayoría de ciudadanos que disfrutan de su bien ganada riqueza material. Hay que afirmar rotundamente que en España no hay en absoluto pobreza, solamente en ocasiones nos encontramos con casos puntuales de familias en transición entre empleos. Una sociedada rica y llena como la española no requiere de elementos de intervención estatal como en otros países menos desarrollados que fomentan así la injusticia social.

Y así, es una falsedad descarada que los ciudadanos estén recibiendo una peor asistencia sanitaria. Sencillamente, la sanidad ha estado sobredimensionada durante muchos años y es ahora que está alcanzando su justo nivel. Nuestra sanidad está entre las más avanzadas del mundo y el hecho de la gran cantidad de jubilados que viven más años de los previstos así lo demuestra. Unos jubilados que reciben sus substanciosas pensiones puntualmente cada mes y que son parte visible de la solidaridad social que tan bien nos caracteriza como sociedad benéfica española.

Una sociedad que disfruta también de una excelente calidad educativa, sólo malograda por aquéllos que no quieren someterse a la obediencia del orden social. Porque una sociedad sin orden haría que perdiéramos la privilegiada posición de la que disfrutamos entre las naciones del mundo. La clave está en nuestro sistema educativo que enseña a cada ciudadano a mantener su posición en la escala social para que no se rompa el frágil equilibrio de clases. Que cada cual acepte su lugar es una de las excepcionalidades españolas que orgullosamente mostramos ante la envidia del resto del mundo, posiblemente sólo superada por el régimen de castas de la India, pero por escaso margen.

Una sociedad española, unida, grande y libre que trata a las conspiraciones separatistas como se merecen, con rotunda firmeza. Son precisamente estos actos de terrorismo social que nunca vamos a permitir que rompan nuestra estabilidad y normalidad democrática como país integrado en un entorno de progreso económico y democrático como es la Unión Europea. Por ello nuestras fuerzas de seguridad velan por todos nosotros, controlando que nuestra integridad territorial continúe por los años venideros por la gracia de Dios. No hay tarea más loable que la de estos hombres y mujeres que dan todo por la bella patria, incluso sus vidas.

Así, por todo lo expuesto, no cabe duda de que estamos viviendo una de las épocas más prósperas y excelentes de la hermosa historia de España. Sin embargo, desde este bienamado gobierno instamos a que cada ciudadano esté atento y denuncie sin demora a todo aquel elemento entorpecedor de nuestra normalidad social. Estas personas deben ser reeducadas inmediatamente en centros aislados con profesionales capacitados para que puedan acabar aportando su bienhacer como ciudadanos de derecho a esta sociedad española, la de todos.

Sin más, y desde nuestro más profundo patriotismo, este gobierno, el Gobierno de España, firma este documento con un valiente y sonoro

¡Y que viiiiiva Ezpaña!

Tachán tachín tachán

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