lunes, 30 de marzo de 2015

En una sociedad normal

En una sociedad normal no sería necesario un artículo como éste, pero ésta no es en absoluto una sociedad normal sino todo lo contrario.

Porque en una sociedad normal nunca habría sido posible la aprobación de una ley como la Ley Mordaza en España.

O la Patriot Act en EE.UU.

O la ley del control del movimiento del oro en Francia.

O la censura legislada de internet en el Reino Unido.

Porque en una sociedad normal la NSA no tendría trabajo, ni la CIA ni el Mossad ni el CNI.

Bueno, en una sociedad normal no habrían países tal como ahora se entienden.

En una sociedad normal los inspectores de hacienda se negarían a seguir robando a sus conciudadanos.

En una sociedad normal el ejército se negaría a bombardear países para saciar el apetito avaricioso de las corporaciones.

En una sociedad normal la policía no se dedicaría a imponer multas arbitrarias para recaudar su sueldo, ni sería partícipe de acciones violentas contra los desahuciados para proteger intereses especulativos.

En una sociedad normal los jueces no estarían a las órdenes del mejor postor.

En realidad, en una sociedad normal no se podría entender el concepto de usar la violencia y las leyes para obtener privilegios.

Ni en una sociedad normal los periodistas aceptarían que hubieran noticias inventadas para favorecer a los poderosos.

En una sociedad normal las creencias no estarían en manos de organismo religiosos organizados, inventores de verdades absolutas.

En una sociedad normal nadie aceptaría papelitos de colores creados de la nada por los bancos centrales, porque la gente valoraría su propio esfuerzo y trabajo.

En una sociedad normal los bancos nunca serían imprescindibles.

En una sociedad normal los padres nunca llevarían a sus hijos cada día a prisiones para que sean adoctrinados en la obediencia ciega y el consumismo, porque sabrían distinguir entre educación y estupidez.

En una sociedad normal sería imposible que la población se sentara delante de una pantalla para recibir mensajes destinados a someterla.

Porque en una sociedad normal las personas desobedecerían cualquier intento de apaciguamiento y consenso.

Es que está claro que en una sociedad normal no habría la posibilidad de ese juego entre izquierdas y derechas que crea una apariencia de democracia que en realidad es todo lo contrario.

Es que en una sociedad normal sería imposible la disidencia controlada, porque la gente que piensa por sí misma no se puede manipular en absoluto.

Porque en una sociedad normal nunca se cambiaría la libertad por una seguridad que no lo es.

En una sociedad normal no se permitirían cámaras de espionaje y control por las calles ni en los servicios públicos.

La complacencia no sería un mérito en una sociedad normal, en la que la palabra censura sería una palabra apenas conocida.

Y es que en una sociedad normal cada cual sería responsable de sí mismo, y nunca haría al prójimo lo que no querría para sí mismo.

En una sociedad normal sólo se hablaría de abundancia y del cumplimiento de nuestros sueños.

En una sociedad normal no habrían campañas clandestinas de modificación climática mediante la fumigación de los cielos.

En una sociedad normal el progreso sería auténtico, y los sabios no venderían sus hallazgos al mejor postor.

En una sociedad normal la ciencia no sería usada por unos pocos para crearse privilegios, sino que de verdad se aplicaría para el avance de todos, y no se esconderían ni manipularían sus descubrimientos.

Vamos, que en una sociedad normal los médicos no recetarían drogas innecesarias para recibir regalos de la industria farmacéutica.

Porque en una sociedad normal no habrían ONGs que mantienen la pobreza para justificar su existencia, ni serían usadas como armas para derrocar gobiernos.

Bueno, en una sociedad normal no serían necesarios gobiernos, no al menos como se entienden ahora.

Y así, en una sociedad normal no serían necesarios artículos como éste porque en una sociedad normal nunca se hubiera permitido alcanzar el nivel actual de opresión de unos pocos sobre el resto.

Porque en una sociedad normal se tendría muy clara la diferencia entre sociedad libre y sociedad feudal, y no habría sido posible la creación de una neolengua que prostituyera los términos.

En una sociedad normal la guerra sería guerra y la paz, paz.

Y en una sociedad normal nunca sería factible que unos criminales pudieran pervertirla y que dejara de ser una sociedad normal.

Tampoco vamos a decir que una sociedad normal fuera perfecta o utópica, pero en una sociedad normal las personas serían conscientes de sus defectos y tratarían de solucionarlos.

Así pues, puesto que no estamos en una sociedad normal, ni se pretende que lo sea, la población sobrevive sometida como ganado de sus amos, y muchos defienden, como buenos sirvientes, su pertenencia a esta sociedad criminal y enferma.

Es lo que hay, sin voluntad de ser una sociedad normal nunca seremos una sociedad normal.

¿Disfrutas de formar parte de esta sociedad anormal?

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