Está más que comprobado que los gobiernos del mundo están en manos de psicópatas que se protegen y coaccionan al resto de la población mediante el uso de la violencia. Una violencia ejercida por elementos elegidos entre la plebe también por su psicopatía: policía, ejército, mercenarios...
Y es en este ámbito de cosas que en las llamadas "democracias occidentales" se engañó a la población diciéndole que estos elementos psicopáticos que protegen a la élite en realidad estaban para proteger a la ciudadanía: una maldita mentira más que nos hicieron tragar.
La propaganda europea muestra a los defensores de las armas de EE.UU. como seres sin humanidad ansiosos de sangre. Nos han convencido de que en Estados Unidos son menos civilizados porque el estado no tiene el monopolio de la violencia. Ah, qué bonitos corderitos somos aquí en la UE... listos para ir al matadero cuando estimen conveniente nuestros amos.
Tenemos que entender, que se nos meta ya en la mollera, que el hecho de que el estado sea el único "legítimo", autolegitimado, para usar armas es para tenernos controlados con el miedo, para que nuestra oposición sea sólo de boquita, para que callemos y otorguemos.
Sencillamente se ha aplicado sobre nosotros "la teoría del patio del colegio":
Imaginemos que estamos en un colegio a la hora del descanso del patio. Entre todos los niños corriendo, jugando y diviertiéndose, hay un grupo minoritario que se dedica a molestar a los demás compañeros. El profesor lleva tiempo sin conseguir que paren. Los ha regañado, los ha castigado, los ha amenazado, pero sin resultado.
Un día, se le ocurre una nueva estrategia. Ya no tienen nada que perder. Así que llama al cabecilla del grupo y le hace una propuesta: “Elige a tus amigos de tu grupo y encárgate de vigilar el patio mientras no estoy.” Y el niño, emocionado, acepta sin dudarlo. Ahora es el jefe del patio. Ahora es el encargado de hacer respetar las reglas. Y si otro niño molesta, él puede ejercer su autoridad sobre éste.
Y desde entonces, el profesor ya respira más tranquilo porque se le acabaron los problemas en el patio. Ha conseguido lo que parecía imposible y los niños se comportan correctamente gracias al temor que tienen al grupo que antes los había molestado. Ahora este grupo continúa molestándoles, pero ya no pueden quejarse al profesor porque ¡son los representantes del profesor!Supongo que queda clara la intención de esta fábula, de esta “teoría del patio del colegio“. Pero no es tan solo una teoría, esto es lo que sucede en nuestra realidad: las” fuerzas de seguridad del estado” son este grupo que controla el patio, que controla la calle; gentes del pueblo manejadas por el poder para controlar al propio pueblo.
Y, volviendo a los EE.UU., fue precisamente por esto que fue introducida la Segunda Enmienda en su Constitución. Puesto que el derecho de todo ciudadano a portar armas se basa en su propia auto-defensa, eso significa que el ciudadano tiene derecho a defenderse del propio estado cuando éste se ha convertido en una tiranía. Justo la situación en la que ahora nos encontramos.
Y puesto que el estado, ya lo hemos dicho, ejerce su poder mediante la violencia, no nos queda más remedio a los ciudadanos que protegernos de la misma forma, con los mismos medios si fuera necesario. Incluidos aviones de combate, artillería pesada y bombas atómicas.
Por favor, no seamos ilusos, hay demasiados ejemplos trágicos en la historia. Nos han llenado la cabeza de pajaritos, y estamos convencidos de que no es necesario llegar a tal extremo. ¿Ah no? ¿Estás realmente en este mundo y ves cómo el ejército del gobierno golpista de Kiev está masacrando a civiles indefensos en el este de Ucrania? ¿Estás viendo como la fuerza aérea del estado terrorista de Israel asesina a todo lo que se le pone por delante? ¿Crees que estas masacres sucederían si la parte débil no lo fuera tanto y dispusiera de los mismos elementos mortíferos que sus agresores? ¿Por qué te crees que en la "tranquila" Suiza todos los ciudadanos tienen acceso a sus propias armas?
En esta sociedad "avanzada" estamos completamente indefensos, y no sólo por este asunto de las armas, sino también porque el poder moldea nuestras mentes a su antojo, haciéndonos celebrar los logros de los agresores y despreciando a los oprimidos. Este ataque constante a nuestras mentes ha logrado que lleguemos a un punto en el que estamos ciegos, sordos y mudos, y nos creemos todo lo que nos dicen. Somos pajaritos enjaulados, carne de cañón en una granja que en cualquier momento está dispuesta a ser llevada al matadero. ¿Cuántos millones de personas se mataron entre ellas el siglo pasado en las llamadas "Guerras Mundiales" defendiendo a sus opresores? Nos han deshumanizado y nos han convertido en meras sombras de lo que seríamos.
Odio las armas, odio la violencia, si por mí fuera las destruiría todas ahora mismo. Sin embargo no me considero estúpido y veo las cosas tal como son. No me da la gana acabar en un paredón de fusilamiento y luego en una fosa común, como acabaron muchos de nuestros familiares hace 70 años aquí en España. No me da la gana de que venga un ejército y bombardee la ciudad en la que vivo a placer. No me da la gana continuar respetando leyes injustas creadas en nuestra contra que nos son impuestas mediante actos violentos. No me da la gana continuar aceptando esta tiranía en la que estamos que no respeta nuestra más mínima dignidad.
Siempre he pensado que la única forma de cambiar un sistema es crear reglas nuevas y abandonar las antiguas. Y actuar como propuso Henry David Thoreau en su libro "Desobediencia Civil". Sin embargo, soy también consciente de que hasta que lleguemos a tal desobediencia en masa pueden ocurrir muchas cosas. No hay nada más normal en esta sociedad psicopática que la mayoría obediente, la masa hipnotizada, aplaste a cualquier minoría desobediente surgida de sí misma, y más cuando esta minoría propone una alternativa factible que rompería la burbuja. Por eso tenemos que tocar con los pies en tierra de vez en cuando, aunque no nos guste.
Las armas nunca tienen que servir para atacar, pero estamos siendo agredidos día sí y día también. Y el miedo no cambiará de bando hasta que los agresores, esos matones del patio del colegio, no vean que nos plantamos y decimos ¡BASTA!, aunque tengamos que llegar al extremo de mostrarles sus mismas armas, y que sabemos usarlas. A tales extremos estamos, desgraciadamente, llegando.
PAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dime, ¿qué opinas sobre este post?